Yo llevo un poquito de tiempo en el transporte, y desde que empecé siempre he sido conocedor de que existe un concepto llamado tasa de volumen que se aplica a todos los envíos para su facturación.
La tasa de volumen es una herramienta que utilizan las empresas de transporte para rentabilizar la carga de sus vehículos. Con este parámetro se define cuantos kilos se han de facturar como mínimo por el espacio ocupado.
Hay varias modalidades de tasa de volumen, siendo la equivalencia más habitual 250 kGS/M³, para el transporte terrestre doméstico. Aplicándose diferentes equivalencias: transporte aéreo = 167, marítimo = 333, etc.
Con esta directriz sabemos que por un envío que ocupe un metro cúbico, nos van a facturar como mínimo 250 kilos, siempre y cuando el peso real de la mercancía no sea superior. Así sabemos cuál es el Peso Volumétrico.
Ahora, que sabemos qué es la tasa de volumen, podemos saber el coste de nuestros envíos gracias al Peso Tasable, que es el valor mayor entre el peso real de la mercancía y el peso volumétrico, por el cual se facturará.
¿Cómo usar esta información?
Veamos cómo aplicar esta información en nuestro negocio:
Estamos proyectando una tienda online que vendemos camisetas. Dentro de la experiencia de la compra entra la satisfacción de abrir una caja para acceder a la camiseta, en lugar de en bolsa.
La caja forma parte de nuestra imagen corporativa y tiene unas medidas de 30x20x10 cm y el conjunto de camiseta y caja pesa unos 300 gramos.
Entonces, ¿cuántos kilos nos facturarán por esta expedición, si la Tasa de Conversión es de 250 kg/m³? Veamos:
Con esta información haremos los cálculos de los portes correctamente, posibilitando así repercutir el importe adecuado sin mermar los ingresos por las ventas.
También nos da la opción de variar las dimensiones de nuestra caja para que el resultado tasable sea inferior a 1 kilo. Minimizando así el impacto económico sobre el producto en lo que a distribución final se refiere.
Tener los costes claros es siempre necesario para la toma de decisiones a la hora de poner un proyecto en marcha, o bien a la hora de decantarnos por el operador o la empresa de transporte con la que trabajaremos.